jueves, 13 de mayo de 2021

13 de mayo - Día del escritor bonaerense

 Almafuerte (Pedro Bonifacio Palacios)


“Si te postran diez veces, te levantas

otras diez, otras cien, otras quinientas

¡No han de ser tus caídas tan violentas

ni tampoco, por ley, han de ser tantas!”

Almafuerte




Almafuerte es uno de los pseudónimos que utilizó en su vida Pedro Bonifacio Palacios, escritor argentino nacido en San Justo (Pcia. de Santa Fe) el 13 de mayo de 1854, quien falleciera en La Plata el 28 de febrero de 1917. Poeta, periodista, traductor, bibliotecario y maestro - considerado como uno de los "cinco sabios" de dicha ciudad junto a Florentino Ameghino, Alejandro Korn, Juan Vucetich y Carlos Spegazzini -, expresa en toda su obra el dolor por el sufrimiento humano y su prédica por un mundo más justo alentando a la lucha y la superación del ser humano.

La vida de Pedro Palacios transcurrió en el seno de una familia humilde. Su infancia fue muy difícil, ya que a edad temprana sufrió el fallecimiento de su madre. Tras el abandono de su padre quedó al cuidado de sus parientes, padeciendo necesidades no sólo afectivas sino también económicas.

Su vocación primera fue la pintura, campo en el que incursionó brevemente. Pero luego de que el gobierno del momento rechazara el pedido de una beca para viajar a perfeccionarse a Europa, decidió cambiar de rumbo. Es en ese momento en que comienza a dedicarse a la enseñanza y a descubrir su vocación por las letras.

Pedro Palacios fue autodidacta, y ejerció la docencia vocacionalmente. Fue docente en el barrio porteño de Balvanera y en las ciudades de Mercedes y Salto. También se desempeñó durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento como director de una escuela de Chacabuco. Pero como carecía de título habilitante, además de tener 16 años, perdió su trabajo.

En realidad se cree que esto ocurrió porque Palacios alcanzó gran notoriedad en el ejercicio del periodismo, el cual desempeñaba con gran pasión y vehemencia, generando polémica que no favorecía a los caudillos locales.

Sus poemas eran altamente críticos hacia el gobierno, y al darse a conocer sus escritos de tinte político contrarios al sistema imperante fue retirado de su función docente a principios de la década de 1880.

En 1984 recién pudo retornar a la actividad pedagógica en un colegio de Trenque Lauquen, en el que trabajó solamente dos años por la misma causa anterior: sus controvertidas opiniones políticas. Mientras tanto se desempeñaba como periodista en el periódico El Pueblo, de la ciudad de La Plata.

A comienzos del siglo XX y luego de abandonar definitivamente la actividad docente, su inestabilidad económica y su resistencia a aceptar un cargo político por sus duros cuestionamientos a quienes tenían una vida holgada a expensas del pago de los impuestos de la gente, lo llevaron a participar escasamente de la actividad política.

Sin embargo, la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires otorga un puesto a Almafuerte, luego de lo cual se transforma en traductor y bibliotecario de la Dirección General de Estadística, cargo por el cual posteriormente el Congreso Nacional Argentino le otorgara una renta vitalicia en el ocaso de su vida.

Pese a ello, poco pudo dedicarse a su actividad como poeta ya la muerte lo sorprende a los 62 años en La Plata, el 28 de febrero de 1917 sumido en una profunda depresión.

Uno de los poemas que hizo famoso a Almafuerte es “Piu Avanti”, que fue incluido dentro de “Los siete sonetos reparadores”, del Cantar de los Cantares, que en un segmento de su inolvidable letra dice:

“…Si te postran diez veces, te levantas

otras diez, otras cien, otras quinientas:

no han de ser tus caídas tan violentas

ni tampoco, por ley, han de ser tantas…”


“…no te des por vencido ni aún vencido,

no te sientas esclavo ni aún esclavo;

trémulo de pavor, piénsate bravo.

y arremete feroz, ya malherido…”

El poema es una especie de declaración de principios frente a las adversidades, de tono profético, de realismo excesivo e impetuosa agresividad que le valieron gran prestigio popular como así también duras críticas.

Almafuerte participaba muy poco socialmente, y su producción literaria tuvo como nota dominante la exaltación de la clase humilde de la sociedad. En su lenguaje habitual la llamaba cariñosamente “la chusma de mis amores”, y siempre (ya sea en prosa o en verso) la presentaba como la clase oprimida por los poderosos, despreciada y tenida en menos. Su oratoria tenía un estilo particular, con tono de prédica que le valió rechazos extremos como así también adhesiones incondicionales.

Su obra no puede encuadrarse en un estilo determinado, ya que fue producida en una época de transición en la que se se abandonaba el romanticismo para adentrarse en el positivismo. Podría decirse que fue un romántico a destiempo en pleno auge del modernismo.

En las creaciones de Almafuerte queda reflejada su propia subjetividad, siempre compasivo y dolido por el sufrimiento humano.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario